RECICLABILIDAD REAL

Para que un envase se considere reciclable ha de ser realmente reciclado. Cuando un envase se convierte en residuo, ha de superar distintas fases para que se convierta en material reciclado de calidad. Además, debe existir un flujo de clasificación y reciclado dispuesto a gran escala y con cobertura suficiente en todo el territorio nacional para que pueda considerarse reciclable.

Existen envases que son técnicamente reciclables, pero que no son realmente reciclados, bien porque no se clasifican correctamente, o carecen de flujo de clasificación o flujo de reciclado, o bien porque su reciclado no es económicamente viable.

Del mismo modo, existen envases que siguen los preceptos de la reciclabilidad teóricos, pero que no son reciclados, ya que al someterlos en procesos reales de su reciclado (y no en condiciones idílicas) generan algún tipo de interferencia en el proceso, o bien porque en un determinado país no tienen flujo de clasificación y/o reciclado.

Asimismo, los flujos y/o procesos de reciclado pueden variar de unos países a otros, por ello, la reciclabilidad real de los envases ha de probarse siguiendo las características y flujos de cada país.

DISEÑADO PARA SER RECICLADO ≠ REALMENTE RECICLABLE

TÉCNICAMENTE RECICLABLE ≠ REALMENTE RECICLABLE

RECICLABLE EN UNA FASE DEL PROCESO ≠ REALMENTE RECICLABLE

RECICLABLE EN UN LABORATORIO ≠ REALMENTE RECICLABLE

Reciclabilidad Real (nuestra definición desde 2018)

La capacidad de un envase para lograr que sus materiales componentes se conviertan en materiales reciclados de calidad, teniendo en cuenta sus características y las tecnologías de recogida, selección y reciclado actualmente dispuestas a escala industrial y con cobertura geográfica suficiente en cada país para tal fin.

Material reciclado de calidad (nuestra definición desde 2018)

Materia obtenida del proceso de reciclado de un envase y/o de componentes del mismo, capaz de sustituir a la materia prima virgen en ciclos de reciclado del mismo material en su uso.

Para ello, el envase y componentes del mismo, han de cumplir con una serie de requisitos para ser susceptible de convertirse, tras su uso y su aportación al sistema de reciclado dispuesto para ello, en un material secundario comparable al original en sus características. En definitiva, la cantidad de material disponible para un reciclado de calidad de un envase es la cantidad de material de envase que es capaz de convertirse (tras los procesos de reciclado) en el mismo material de envase con el que fue fabricado, aunque luego en la práctica se destine a la fabricación de otro producto a partir de él.